Industria y Comercio
En los sectores más cercanos al emplazamiento militar surgen las primeras industrias, comercio y servicios, al mismo tiempo que comienza el desarrollo de una incipiente ganadería y agricultura. En un comienzo, los medios de transporte eran únicamente los caballos y las carretas tiradas por bueyes; y, al igual que los “pioneros” que colonizaron el Lejano Oeste de Norteamérica, se viajaba en caravanas a fin de proteger mejor a las personas de los permanentes asaltos de los mapuches así como de los forajidos y desertores que abundaban en la región. De esta forma, en carretas con bueyes, llegó desde Chillán Ricardo Lagos Marchant, instalando un comercio que prosperó en Traiguén y cuya senda continuaron, en forma separada, sus hijos Ricardo Lagos Palma y Medardo Lagos Palma.
Antes de transformarse en departamento, Traiguén ya contaba con dos bancos (el de Valparaíso y el Nacional), tres fábricas de cervezas, cuatro molinos, una buena cantidad de bodegas, fábricas de muebles, fábricas de tejas, etc., y un activo comercio, sobre todo cerealero. Se construyeron en aquellos años en Traiguén inmensas Bodegas para almacenar el trigo, desvíos ferroviarios, miles de viviendas campesinas, hoteles, iglesias y oficinas públicas.
A fines de la década de 1880, dos hitos vinieron a marcar profundamente la historia de Traiguén: la creación del Departamento de Traiguén, en 1887, y la llegada del ferrocarril, en enero de 1889. El ferrocarril ubicó a Traiguén, durante un par de años, como el puerto exportador mejor ubicado de la Araucanía; la autoridad dijo algunas vez que Traiguén era “un gran centro comercial y allí afluyen la mayor parte de los trigos de esta provincia y de Cautín”. Por esos años, potentes poderes compradores habían instalado bodegas y sucursales en la ciudad, como la “Williamson, Balfour & Cía.” y la “Duncan, Fox & Cía.”, más algunas casas penquistas y otras locales. Inversionistas de todo el país ponen sus ojos en esta pujante ciudad y sus capitales llegaban en un flujo permanente, acrecentando la producción y por consiguiente el bienestar de los Traigueninos. Prácticamente a diario llegaban grupos de personas a establecerse en esta verdadera y nueva California.
Antes de la última década del siglo XIX ya habían llegado los comerciantes don Germán Terpelle (futuro alcalde de la ciudad), Bernabé Sáenz y don Juan Widmer Eschler; y la familia del primer alcalde don Juan Manuel Manriquez; los Franciscanos comenzaban a levantar su templo junto a la estación, y un par de escuelas básicas enseñaban las primera letras a los niños de la ciudad; una línea de coches conectaba Traiguén con Angol y don José Bunster instalaba en los terrenos ubicados junto al Regimiento un molino de cilindros construido íntegramente en Chile, uno de los primeros de su tipo en Sudamérica y el primero que funcionó con energía hidroeléctrica, el cual además entregaba electricidad para el alumbrado público para la población.
Además, se desarrollaron actividades industriales en el sector de muebles, y de tejas y ladrillos. Es así como se crearon la Fábrica de Muebles Traiguén, y la Fábrica Nacional de Tejas y Ladrillos (esta última aún vigente).