Agricultura

Junto a la actividad ganadera y forestal, se inició una importante economía agrícola.

En Traiguén, se les entregaban a los primeros colonos una hijuela que podía ser de 40 u 80 hectáreas, dependiendo del número de hijos hombres mayores de 15 años que tuviera la familia. Las 40 hectáreas eran asignadas a familias que presentaran hijos menores a la edad indicada, en tanto que por la presencia del elemento masculino la cantidad aumentaba. También se les proporcionaba una carreta de madera con ruedas de palo; una yunta de bueyes; un arado americano; un número limitado de tablas y madera para construir las primeras habitaciones (150 tablas de 9 pulgadas y 4 1/2 varas de largo); 23 kilos de clavos; semillas de trigo, papas y otras semillas; y un subsidio en dinero para los primeros meses de estancia en Chile.

Se les otorgaba, además, una pensión mensual que contribuía a su sostenimiento en los primeros días. También se les daba asistencia médica gratuita por un tiempo, los dos primeros años.

Todos ellos traían de su patria todos sus muebles, útiles y enseres tanto para las labores de campo como para las de la casa. No obstante lo anterior, problemas en las Aduanas hacían que se provocaran dificultades, esto trae como consecuencia que los bienes no lleguen al mismo tiempo que los colonos.

Con el traspaso de las tierras fiscales a particulares por la vía de los remates, se fue dando origen a grandes fundos en los alrededores, cuyas inmensas producciones le valieron a Traiguén el título de “Granero de Chile”, al cual se hizo acreedor por muchos años y que impulsó la llegada del ferrocarril a la zona.