06-07-1895 • 29-12-1947
Medardo Lagos Palma nació en Traiguén el 6 de julio de 1895. Estudió en el Liceo de Hombres de Traiguén e hizo el servicio militar en 1913 en el Regimiento “Miraflores” de esta ciudad. Fue socio del Club de Fútbol “The Chileans”, desempeñándose como Secretario de dicha institución en el año 1918. Ese mismo año, se casó con Ida Fairlie, de quien enviudaría sin descendencia en 1936. En 1937 se casó con María Enriqueta de la Fuente Zavala, con quien tuvo dos hijos: Medardo Lagos de la Fuente y María Antonieta Lagos de la Fuente. Aparte de ser un conocido comerciante de la zona, fue un destacado miembro del Partido Democrático y elegido Regidor para el período entre 1935 y 1937, época durante la cual le tocó desempeñarse como Alcalde subrogante.
Señalaba un artículo publicado en la extinta “Gaceta” de Traiguén, de 1995:
“Pocos deben recordarlo. Los de hoy no lo conocieron y quizás solo en su barrio, de bravos, allí en la esquina surponiente de Errázuriz con Prat, existan aún antiguos vecinos que recuerden a Don Medardo Lagos, apreciado vecino, que si hoy viviera, tendría 100 años de existencia.
Lo recordamos en su almacén, una especie de emporio, en donde se podía encontrar de todo, especialmente para el campesinado que bajaba de la sierra de Huñilhue.
Nosotros mirábamos ese almacén de abajo hacia arriba, pues estaba, la casa aún existe, en un terraplén y desde abajo divisábamos a don Medardo sobrevestido con su infaltable guardapolvo de tudor, sentado en su sillón de mimbre, que desde ese puesto recibía a los clientes y disponía la atención de sus dependientes, entre ellos alguna hija.
Para la época era quizás el más importante almacén de la ciudad, donde estaban otros como Bucher Hnos.; Blanc; El Serrucho; etc., pero el de don Medardo Lagos era la casa de confianza para el campesinado que ingresaba por la antigua calle Saavedra a la ciudad.
Cien años ¡Cómo nos hubiera gustado, don Medardo, volverlo a ver! Pero vino Medardito, el hijo diplomático, acompañado de sus entrañables amigos: Lucho Aguirre, Darío Osorio, Muñoz y aquí se les agregó Ricardo Matus, para homenajear juntos al padre, tío, vecino, hombre de bien que perteneció al pasado hermoso de la ciudad.
Una misa de recuerdo para don Medardo, una visita a su tumba en el cementerio, para luego rumbear hacia un local donde preparan el sabroso estofado de la zona, como para no olvidar sus raíces. Allí, entre las emociones del recuerdo, entre brindis y risas, estuvo don Medardo Lagos, mirando beatíficamente a su hijo, sobrino y niños que él conoció y que, hoy hombres, le rindieron hoy un homenaje de recuerdo, admiración y respeto.”
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